Estoy acá sentada y me estoy transformando. Mi cara y postura parecen inconmovibles pero adentro me patean las revoluciones y las dictaduras. Voy de extremo a infinito, de tanto que llego al borde me caigo y aparezco (con menos salud que antes) de pie para recibir lo que viene. Me enfrento y desaparezco, me enriedo y esclarezco a la vez. Me atraviesan aludes, me revuelcan sobre piedras y me dejan vulnerable al costado del camino donde la multitud pasa y observa, sólo observa. Me presento ante la vida consciente, la conozco. Soy y me recuerdo. Vuelvo por impulso, elijo lo que resuena conmigo.
Vivo.
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